Seamos fans o no de la Navidad, lo cierto es que en esta época solemos modificar nuestras rutinas habituales, y lógicamente nuestra mascota lo percibe: comida familiares, desplazamientos, alteración de los horarios, bullicio en el hogar, visitas y ruidos, decoración navideña, etc. En este post os ofrecemos 5 consejos para que vuestras mascotas no se vean afectadas por los cambios, podamos prevenir los “accidentes” y disfruten ellos también de estos días tan especiales.
1.Atención a los “empachos”
Hay que evitar caer en la tentación de que “como es
Navidad, pobrecito, que pruebe un poco de turrón él también”. Durante la
época navideña las consultas veterinarias reciben un número significativo de
pacientes con problemas gastrointestinales (vómitos, diarreas,
etc.) provocados por comer alimentos inapropiados para ellos y además muy
perjudiciales como los dulces y el chocolate, sobras de la mesa y
especialmente graves son los casos en los que la mascota ha ingerido algún
hueso o espina, lo que puede causarle asfixia, obstrucciones o perforaciones
intestinales. Como siempre os recomendamos, alimentarles con su pienso habitual
es lo más conveniente para promover su salud y bienestar, y si deseáis que
ellos también “celebren” la Navidad, una recompensa específica para perros o
gatos será lo ideal para evitarnos una salida de urgencia al veterinario.
2. Decoración navideña: toda una tentación para ellos
Las decoraciones de Navidad son tan llamativas que
suponen una gran tentación para nuestras mascotas, como un irresistible “parque
temático” a domicilio en el que poder explorar y jugar todo el día.
Las bolas navideñas, las guirnaldas, cintas de cuentas
y demás adornos propios de esta época pueden causar serios problemas si el
perro los ingiere tales como obstrucciones intestinales o heridas si se
astillan.
Hemos de estar particularmente atentos a las cintas
de espumillón ya que su ingestión representa
una de las “emergencias” navideñas más comunes, pues provocan una obstrucción
intestinal, y dan lugar a un cuerpo extraño lineal en el intestino que hará
necesario que nuestro veterinario tenga que recurrir a la cirugía para salvar
su vida.
Las festivas luces navideñas también suelen resultar
seductoras y muchas mascotas tienden a intentar morder los cables para
“atraparlas” y jugar con ellas.
También el reino vegetal esconde sus peligros: el
abeto y la Poinsettia (Flor de Pascua) pueden resultar
ligeramente tóxicas si las ingieren.
¿Quiere esto decir que no decoremos la casa como es
tradicional? ¡Ni mucho menos!: tan solo hay que tener en cuenta la presencia de
nuestros curiosos compañeros a la hora de colocar los adornos, el árbol o el
Nacimiento y emplazarlos en lugares a los que ellos no puedan acceder
fácilmente.
3. Los fuegos artificiales, cohetes y petardos pueden
provocarles ansiedad
En numerosos lugares es habitual celebrar los días de
Navidad y Fin de Año con el lanzamiento de cohetes, petardos y la exhibición de
fuegos artificiales. Un número elevado de perros lleva muy mal los ruidos y
fogonazos que producen. La ansiedad, el temor y las ganas de huir del lugar son
los signos habituales que manifiestan ante esta fobia.
Para controlar este comportamiento y tranquilizarles
se pueden seguir unas sencillas pautas:
§
Proporcionarles un lugar dentro de la casa en el que se
sientan seguros.
§
Hacer lo posible para minimizar el estruendo de los
petardos.
§
Distraerles jugando para que no se “obsesionen” con
los cohetes.
Si estamos en la calle con ellos, tenerles bien
controlados.
4. Respetar su tranquilidad
Es habitual que durante la Navidad recibamos visitas
en casa, de personas conocidas por nuestra mascota o de extraños. Es importante
que nuestra actitud en todo momento sea natural y calmada, dándole al perro el
tiempo necesario para acostumbrarse a las personas, a olfatearlas y habituarse
a su presencia. Si nosotros nos ponemos nerviosos el perro lo “captará” casi
instintivamente y se puede mostrar agitado; si aún así compruebas que tu amigo
no lleva nada bien la algarabía inherente a estas fiestas, quizá se sienta
mejor si le acomodas un espacio de “sosiego” en la casa donde tenga menos
contacto con las visitas.
En el caso de los gatos, sabemos que no les agradan
nada los cambios en sus reconfortantes rutinas diarias y son muy sensibles a la
más mínima alteración -aunque sea momentánea-, de la “paz” de su hogar: las
visitas, el ruido, la música y quizá la presencia de niños, si no está
acostumbrado a ellos, les pueden incomodar muchísimo. Por tanto, si desean
esconderse para sentirse tranquilos, procúrales un “refugio” adecuado donde
nadie les moleste (una habitación cerrada, por ejemplo).
5. Mantener sus rutinas y horarios en lo posible
Aunque a veces resulte dificultoso, es conveniente
intentar mantener en la medida de lo posible los horarios de alimentación de
nuestras mascotas también en Navidad, eso nos asegurará que su salud digestiva
no se verá resentida en este periodo. También es importante que mantengamos sus
hábitos de paseos y ejercicio lo mejor que se pueda, y dado que el contraste
entre la temperatura del interior de casa- bien caldeada
por la calefacción-, y el intenso frío de la calle es muy brusco, intentar
protegerles para que no se enfríen.
Esperamos que estos consejos os sean de utilidad, y os
deseamos a todos nuestros clientes y amigos, una maravillosa y Feliz Navidad en
compañía de vuestros perros y gatos.